

Durante años, el papel higiénico ha sido la forma más común de limpieza después de ir al baño. Es parte de nuestra rutina diaria y rara vez nos detenemos a cuestionarlo. Pero lo que muchos no saben es que el papel higiénico puede estar relacionado con irritaciones, molestias e incluso infecciones, especialmente en zonas íntimas donde la piel es más delicada y sensible.
El primer problema está en la forma misma en que limpia: o más bien, en cómo no limpia del todo. El papel higiénico seca, arrastra, pero rara vez elimina completamente los residuos. Esto significa que, en muchos casos, quedan restos invisibles que pueden generar acumulación de bacterias, causar picazón o inflamación y ser un riesgo especialmente para personas con piel sensible, hemorroides, fisuras o ciertas condiciones médicas. En mujeres, además, el uso excesivo o agresivo del papel puede desequilibrar el pH y facilitar infecciones urinarias o vaginales.
A esto se suma otro factor poco discutido: los químicos y fragancias que se agregan a algunos papeles higiénicos para “mejorar la experiencia”. Estos aditivos pueden causar reacciones alérgicas o alterar la microbiota natural de la piel. Incluso los papeles etiquetados como “suaves” pueden provocar microabrasiones si se usan con demasiada presión o frecuencia.
Las toallitas húmedas, aunque parecen una solución más limpia, también tienen su lado oscuro: contienen conservadores, fragancias y alcohol que pueden irritar, y además no son biodegradables, lo que genera problemas ambientales y en sistemas de drenaje.
En contraste, el uso de agua —como se hace con un bidet— ofrece una limpieza profunda, suave y sin químicos. El agua no reseca ni irrita; limpia de forma más efectiva y deja una sensación de frescura real. Con un bidet eléctrico, como los que ofrecemos en RUMU, la higiene diaria se transforma en una experiencia cómoda, segura y mucho más saludable para tu piel.
Lo que nadie te dice del papel higiénico es que puede estar haciéndote más daño del que imaginas. Si alguna vez has sentido ardor, picazón, incomodidad o simplemente quieres una limpieza más completa, es momento de considerar una alternativa. Tu cuerpo —y tu salud— lo van a agradecer.